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domingo, 17 de junio de 2012

Capitulo cinco: Eso llamado amor.


No sabe muy bien lo que le pasa. Es una sensación extraña. No puede dejar de pensar en Daniel. Le echa de menos; tiene ganas de verlo. Cuando piensa en él todo es diferente. Siente un hormigueo en el estómago y se siente como flotando. Se siente bien. Vale que antes le gustara pero lo veía un  objetivo inalcanzable. Pero ahora, esa sensación es diferente. Todo lo ve mucho más fácil y posible. ¿Se estará enamorando de verdad?
Mientras en casa de Paula…
-Toc, Toc- llaman a la puerta de su habitación.
-¿Qué tal estás cielo?- le pregunta su madre.
-Bien, ya me ha bajado la fiebre.
-Me alegro. Voy a salir a comprar, luego vuelvo.
Paula tiene un hermano pequeño de seis años, se llama Carlos. Su padre es funcionario y dedica casi toda su vida al trabajo, mientras que su madre es profesora en el insti. Últimamente Paula está casi siempre sola en casa. Su madre está repleta de reuniones, su padre está en un viaje de trabajo en Rumanía, mientras que su hermano está de excursión con el colegio.
Paula, se levanta de la cama, se encuentra un poco mareada, se dirige hacia el baño se refresca al cara y se mira en el espejo. Tiene un aspecto horrible. Su cara pálida y sus enormes ojeras en la parte inferior de los ojos le dan un aspecto aterrador. Pese a todo decide conectarse un rato al tuenti. Introduce  su dirección y su contraseña: “tequieromucho”  y comprueba que tiene un comentario. Se hace ilusiones pensando que sería él; pero enseguida comprueba que es de Nerea preguntándole que qué tal estaba. Después de contestarle  mira quién está conectado. Si; él está conectado, ¿le habla? Mejor no; no vaya a ser que piense que es una pesada, si quiere que hable él. Paula, lleva desde el año pasado enamorada del hermano de María; Jorge. Al ser una chica tímida no se atreve a decírselo a sus amigas, y menos a María. Total que decide callárselo por el momento aunque tal vez no sea la mejor opción...
Mientras en casa de María…
Jorge se desconecta del tuenti, no puede más. Y se dirige hacia el desván. Quiere despejar la mente y la única manera de tenerla ocupada es tocando el piano. Empieza a componer una  pieza triste y melancólica así sin más. Pero no surge efecto, ella… sigue en su cabeza. No, no puede permitirse el enamorarse de ella. Sufrir día tras día sabiendo que nunca surgirá nada. Pero el corazón no entiende de razones y a veces nos hace jugar malas pasadas. No se ha planteado jamás el decirle lo que siente porque entonces sería perderla del todo, no puede decirle a Martina que la quiere, que está enamorado de ella…

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